La Dictadura del Feminismo Radical y su amenaza en contra de la sociedad mexicana


«Lo personal también es político». es el mantra y eslogan acuñado por Kate Millet en los años sesentas para la lucha feminista, y que, a últimos años, se ha adueñado de las calles de México, cuando estas se pintan de morado y verde, en un carnaval orquestado por mujeres que buscan la supremacía femenina y el asesinato indiscriminado de inocentes antes de nacer. Feminismo radical, le dicen. Un circo montado y orientado a mantener la posición privilegiada del sexo femenino en las esferas sociales, que no tiene reparto en mentir, trasgredir y causar la incomodidad social.

Todos los extremos son malos y pueden llevar a la separación de la sociedad; por eso, desde mi humilde punto de vista femenino, me gustaría a través de este escrito, resaltar las razones por las cuales el patriarcado es solo un mito que atenta contra los derechos masculinos; ofreciendo a la vez la alternativa del feminismo moderado y socialmente aceptable, que nos permita a todos alcanzar un punto óptimo y humanista social.

Primero que nada, debemos recordar que este "feminismo" radical, surge a raíz de la llamada desigualdad entre hombres y mujeres con base a su sexo. Las "feministas" radicales señalan que el patriarcado establece una casta social en donde el género es una forma de opresión que socializa a los individuos con el fin de mantener a las mujeres oprimidas; pero, ¿esto es cierto o es solo un invento más del feminismo?

No podemos negar que en la actualidad nuestro país atraviesa una racha de violencia alarmante; sin embargo, sí podemos asegurar que la violencia no tiene género; pues finalmente el sexo masculino está tan desprotegido como el femenino, siendo susceptibles a asaltos y violencia en cualquier ámbito. Las estadísticas no mienten. Forbes subió un artículo el año pasado en donde señalan la abismal diferencia entre hombres y mujeres asesinados en el país; en su mayoría, por un hombre o grupo de hombres. ¿Qué podemos sacar de conclusión? Exacto. La lucha no es de hombres contra mujeres; sino de gente buena contra gente mala.

Las "feministas" radicales sugieren la existencia del patriarcado, así como de una violencia sistemática a la mujer con base a su sexo, utilizando en marchas consignas como: "El violador eres tú"; sin embargo, no está bien generalizar, pues no todos los hombres han violado o pegado a alguna mujer, algo que debemos resaltar y además, aplaudir; pues esto nos demuestra que sí existen hombres buenos, mismos que suelen ser ignorados por este colectivo "feminista" bajo la excusa que no es algo resaltable o de lo cual deben estar orgullosos. Una contradicción, por sí misma, ante las demandas que hacen al Estado.

Como punto a esa consigna: las mujeres solemos ser complicadas. Es una verdad, moral y socialmente aceptada, que muchas veces ni siquiera sabemos qué es lo que queremos; por eso es tan difícil comprendernos. Un “no” puede significar un “sí” en muchas circunstancias y, ¿cómo podemos culpar al sexo masculino por no saber interpretarnos? Además, es necesario que las mujeres aprendamos a cuidarnos para evitar este tipo de situaciones. El hombre llega hasta donde la mujer quiere. Las tragedias ligadas a la violación, podrían prevenirse con la educación adecuada; como cuidar a qué hora salimos a la calle, la cantidad de alcohol que bebemos y hasta nuestra elección de ropa; además de la forma en la cual nos conducimos, pues, ante todo, debemos saber como darnos a respetar.

El patriarcado no existe. En México, sabemos, se vive en matriarcado. ¿Cómo se puede afirmar que este sistema patriarcal el real cuando la gran mayoría de hombres han sido criados por mujeres? Por el contrario, el género masculino se preocupa por nuestro sexo; no en balde, ellos tienen madres, hermanas, abuelas, tías, primas, novias. Señalar que existe un perverso sistema que los llena de privilegios, es una falacia más inventada por este "feminismo" radical, con el fin de señalar faltas inexistentes. Probablemente, me atrevo a suponer, porque la gran mayoría de estas mujeres tiene una figura paterna ausente.

Hablemos claro, las mujeres tenemos mal carácter; sobre todo si estamos en esos días difíciles; sin embargo, esto no es una excusa para satanizar al sexo masculino. ¿Acaso ellos son los culpables que nosotras no estemos satisfechas sexualmente? Porque con justa razón, debemos hablar de esta insatisfacción que ha llevado a muchas mujeres a radicalizarse mucho más, sugiriendo el lesbianismo político como una alternativa en contra de la heteronormatividad que supuestamente impone el patriarcado; cuando en la época actual en qué vivimos, existe una discriminación hacia la heterosexualidad; como prueba, la gran cantidad de plataformas, que no solo avalan, sino que también promueven, el libertinaje sexual.

En la actualidad, los límites de cada género han dejado de estar definidos. Vemos constantemente, cómo las mujeres quieren involucrarse en actividades masculinas, como lo son los videojuegos, los cómics y los deportes; muchas veces desde el desconocimiento y solo como una forma de exigir espacios que no nos corresponden, arrebatándolos del masculino por avaricia y codicia; por no decir, esta perversión mal sana de atacar a la feminidad como si fuera algo negativo; cuando arreglarnos, maquillarnos y usar tacones y vestidos para vernos atractivas al sexo masculino, no es algo que deba considerarse como insano. ¡La feminidad no está contra el feminismo! Es importante dejar de utilizar este recurso como pretexto para no depilarse.

Las mujeres maduramos antes, eso es un hecho; además, los hombres siempre serán hombres. ¿Qué afán encuentran estas mujeres en querer ocupar su sitio? Ya lo decía William Golding, ganador del Premio Nobel de Literatura de 1983: “Creo que las mujeres están locas si pretenden ser iguales a los hombres. Son bastante superiores y siempre lo han sido. Cualquier cosa que des a una mujer, ella lo hará mejor. Si le das esperma, te dará un hijo. Si le das una casa, te dará un hogar. Si le das alimentos, te dará una comida. Si le das una sonrisa, te dará su corazón. Engrandece y multiplica cualquier cosa que le des”.

Las "feministas" radicales señalan que no buscan la igualdad de sexos, sino la equidad; algo que se contrapone a la realidad desde el momento en el cual es la figura de la mujer, y no del hombre, la que recibe mayores beneficios. Las mujeres somos musas, somos madres, somos figuras de autoridad, mismas que el "feminismo" radical intenta eliminar, como dicen, desde la raíz; pues no solo atenta contra la libertad masculina, sino también contra la libertad de las mismas mujeres desde el momento en el cual aboga por la abolición de la prostitución y la pornografía, aún a consciencia, muchas mujeres deciden esta forma de vida haciendo uso de su pleno derecho

No solamente esto, pues también atentan en contra de la misma maternidad, señalándola como una imposición, e incluso queriendo prohibir opciones como la maternidad subrogada para aquellas que no pueden concebir; señalando que las mujeres no somos vasijas que pueden alquilarse de forma total o parcial, como apología a este machismo y sistema patriarcal, sustentado en la explotación de nuestra capacidad reproductiva; algo que violenta los derechos de aquellas que quieren lucrar con su cuerpo. Sobra decir, el "feminismo" radical también está en contra del capitalismo; y, disidente de su ideología, lo señala como una consecuencia del patriarcado, atentando así en contra del sistema económico como lo hacen con la institución religiosa, familiar y social.

En la actualidad, este sistema dictatorial "feminista" radical, se ha adueñado de todos los medios. No solo promueve la abolición del género y del sistema patriarcal; sino que también atenta en contra del status quo, abogando por la exterminación de los llamados micromachismos, los cuales solo viven en su mente. ¿En qué momento un piropo paso a ser considerado un acoso? Porque a todos, hombres y mujeres, nos gusta sentirnos atractivos, más si alguien a quien no conocemos resalta nuestro aspecto físico, aunque las "feministas" lo llamen cosificación. Una aberración, pues, sin los piropos, ¿cómo sería posible el flirteo? Y si bien es más común recibir este tipo de comentarios callejeros de parte de hombres a una mujer, que de mujeres hacia hombres; esto se debe a la naturaleza de nuestro sexo, pues los hombres son más activos, mientras que las mujeres somos pasivas. Es natural, por tanto, ellos tengan una labor más insistente en el actuar para mostrar su atención. ¿O es qué acaso los hombres no son de Marte y las mujeres somos de Venus?

El humor es algo que también se ha visto afectado por este fascismo "feminista"; pues ahora ya ni siquiera es posible contar un chiste frente a alguna de estas mujeres sin que lo tomen como una agresión. El régimen "feminista" señala que estas bromas son micromachismos y como tal, pretende eliminarlas; sin importar que este humor tenga raíces culturales y sociales, fuertemente arraigadas en nuestro país.

Las "feministas" olvidan que en este supuesto patriarcado, somos las mujeres quienes siempre lo hemos tenido más fácil y las que contamos con mayores privilegios. He ahí, como ejemplo, las leyes; pues la mujer que acaba de tener un hijo, tiene hasta tres meses de permiso de maternidad; mientras que a los hombres solo les dan ocho días, como si ellos no merecieran estar también al lado de su recién nacido. Nos hablan de la brecha salarial, pero no señalan sus privilegios, como en el entretenimiento; pues mientras que los hombres suelen pagar una cuota completa para entrar a las discotecas, las mujeres tenemos asegurada la entrada gratuita.

La falta de empleo también suele ser una exageración, dado que en la época en la cual vivimos, muchos hombres se ven obligados a aceptar sus esposas y parejas trabajen para poder llegar a fin de mes; por no decir, la doble jornada es un mito, un pretexto de mujeres sucias que no quieren limpiar su casa. Todas las mujeres que son limpias, desean tener una casa digna de recibir visitas; mientras que si son madres, es natural pensar que son las encargadas de cuidar y proveer a los hijos para que estos también se encuentren en condiciones. Aún así, hay muchos hombres que ayudan en casa; que lavan los platos cuando se les pide o ayudan a los hijos con su tarea. ¿Se les agradece a ellos? No, a pesar que en México, es normal que los hombres tiendan a ser mandilones.

La brecha salarial también suele ser un pretexto para que las mujeres no se dignen a compartir los gastos en una salida. Esta creencia de que nuestros productos son mucho más caros que los masculinos y que se nos paga menos, afecta algo tan simple como lo puede ser una cita. ¿Cuántas mujeres esperan sean los hombres quienes paguen el consumo de una cena o del cine? Y luego, al terminar, se ofenden si el hombre en cuestión, orientado por el cambio recíproco de esta salida, espera alguna clase de acercamiento físico a la mujer. Las "feministas" nos han dicho que no es obligación de las mujeres intercambiar esta galantería económica con reciprocidad, pero no les importa ser invitadas por los hombres, mientras ellas obtengan algún beneficio. 

Los buenos hombres existen, pero las "feministas" hacen caso omiso a problemáticas reales como lo puede ser la friendzone. Situaciones en donde un buen hombre se ocupa de nosotras, nos cuida y nos expresa su cariño, ya sea material o emocionalmente; y que ellas, simplemente, ignoran. ¿Acaso este no es un problema social real? Las "feministas" radicales alegan el machismo es la causa de la violencia; pero no se detienen a pensar en estos buenos soldados caídos que son ignorados y vapuleados por ellas, con la premisa, el buen comportamiento debe ser algo obligatorio y que no debe premiarse, que no están obligadas a caer en sus galanteos. Sin embargo, luego van y se quejan, no existen buenos hombres, cuando ellas mismas los han ignorado.

El "feminismo" radical, al cual también debemos entender como feminazismo, olvida que también hay mujeres asesinas, así como invisibiliza luchas que son de carácter más urgente, enfocándose en la agresión y denigrando de esta forma a las feministas reales, esas que no van por ahí destruyendo la propiedad privada, y que resaltan a base de méritos y no buscando beneficios solo por su sexo. Son científicas, escritoras, artistas; mujeres que tienen premios nobeles, que son astronautas y que pueden correr autos de carreras sin que nadie les otorgue nada de forma gratuita, solo por sexo. Este feminismo, el real, es el que se enfoca problemáticas que si deben ser atendidas, como los derechos de los hombres desde un punto de vista jurídico, la esclavitud, y la atención a los animalitos de la calle; sin embargo, las “feministas” radicales suelen atacarlo, señalando que es una subyugación más del género femenino y sus luchas, dentro del sistema patriarcal.

Por supuesto, podemos aceptar que el machismo existe; no en países como México, pero si en muchos otros en donde las mujeres ni siquiera tienen derechos. En nuestro país, en cambio, el derecho al voto femenino se promulgó el 17 de octubre de 1953; así que, ¿qué es lo que exigen las feministas? Nada, más que abogar a la supremacía de su sexo; y aunque si hay problemáticas que no podemos negar; es importante conducirnos correctamente para obtener resultados. El vandalismo, la violencia y los atentados en contra de los monumentos que nos representan como nación, no son las formas; y así, nunca obtendrán respuesta. ¿Acaso es tan difícil, para ellas, pedir de forma amable un cambio? Al parecer sí, dado que en cada marcha, esta violencia se intensifica.

Ni machismo, ni feminismo: igualdad. 

Si el patriarcado realmente existiera, ¿por qué entonces no tenemos un día del hombre para festejar? Esa es una pregunta que dejo a ustedes como lectores, para reflexionar del tema.

*Este texto fue escrito, de forma satírica, por una radfem; inspirado en "Una modesta proposición" de Jonathan Swift, y utilizando los comentarios más comunes orientados a desprestigiar la lucha feminista. Si te interesa leerlo con algo de ambientación, te dejo aquí una playlist radfem, para tu gusto.


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