«El juego del Calamar» NO, ¡la violencia NO es un juego!

 



Por: Selene González Santiago.

Tenía nula intención de ver la tan ya famosa serie “El juego del Calamar”, la plataforma Netflix tiene muy poco contenido que me parece atractivo, lo que se encuentra en “vanguardia” son producciones hechas precisamente para un público acostumbrada a consumir contenido de televisión abierta (por lo menos en México están para llorar).

Este no es el primer acercamiento que tengo viendo producciones Sur Coreanas, así es, no esperaba menos de las actuaciones y producción, un trabajo muy bien realizado como están acostumbrados y además colocando su identidad cultural para que el mundo las vea.

Pero bueno, el principal objetivo de verla, fue por qué mis alumnos de sexto grado (niños de 11 años) no dejan de mencionar y “jugar” el contenido de ella.

Pues bien me senté todo un sábado a observar los 9 capítulos de la primera temporada y no, este post no te va a contar de qué trata, si quieres saber de qué va, seguramente encontraras muchas explicaciones en todas las redes por ser la serie de moda.

Lo que si te voy a escribir son palabras que veras en cada capítulo:

Capítulo 1.- Luz roja, luz verde.

Secuestro, datos personales, clasificación, aislamiento, música para indicar acontecimientos (estimulo-respuesta), violencia, armas, muerte, golpes, escenarios controlados, shocks emocionales, matanza, dinero, deudas, agresiones entre los concursantes sin que nadie más se meta.

Capítulo 2.- Infierno.

Elegir una solución para resolver problemas económicos, el estímulo principal está a la vista en todo momento (dinero), realidad, inmigración.

Capítulo 3.- El hombre del paraguas.

Recuerdos de infancia, pertenencia a un grupo en situaciones de “juego” o tragedia, juego con las emociones, acoso sexual, victimarios, victimas, totalitarismo, analogías de la vida cotidiana, privación de necesidades fisiológicas, vigilancia, infiltrados, conductismo, control por medio de la alimentación, estímulos por medios de los sentidos, miedo, presión, matanza, suicidio.

Capítulo 4.- No abandones al equipo.

Camaradería, recordatorio del estímulo principal, subgrupos, peleas, muerte dentro de los subgrupos, proveer primero al equipo dejando a los que trabajan individual sin su parte, hacerlo vivir con la muerte, clasificación por medio de símbolos, extracción de órganos, complots entre jugadores y guardianes, terror, eliminación entre subgrupos, desaparición de cadáveres, sexo, mitin, denigración a la minoría, visibilizar debilidades en la mujer, habilidades físicas, estrategia para sobrevivir, escuchar al más experimentado, trabajo en equipo.

Capítulo 5.- Un mundo Justo.

Asesinato colectivo, religión, culpa, limpieza de evidencias, supervivencia, trabajo en equipos, fraternidad.

Capítulo 6.- Gganbu

Crear lazos afectivos con los participantes y usarlo para debilitarlos emocionalmente en una competencia para sobrevivir, trampa, traición, mentira, lealtad, solidaridad, muerte de un compañero cercano, culpa, archivos ocultos.

Capítulo 7.- Los VIPS

Duelo, grupo de elite, lujos, extravagancia, venganza, aislamiento.

Capítulo 8.- El líder.

Competir entre iguales, reconocimiento, no importa las credenciales económicas o sociales que tengan por fuera (si estudio o no), asesinato entre participantes finalistas, insensibilización. 

Capítulo 9.- Un día de suerte.

Pelea a muerte, se permite todo tipo de violencia, suicidio, muerte de un ser querido.

Pues bien, nada de ello me parece impresionante, lo que me parece inaudito es el nivel de violencia que manejamos como “diversión” y además que lo tengamos tan normalizado para que los menores de edad lo vean así, como una serie en familia.

Y aun así, eso no me parece lo peor, lo más terrible es el borrón histórico que el mundo maneja, esta serie es una completa analogía a la vida cotidiana y adentrándonos a textos o acontecimientos como la “Operación Cóndor” en América Latina son sucesos que pasan todos los días en todas las partes del mundo.

Es sumamente vergonzoso la doble moral que se puede presentar en este tipo de situaciones en donde por un lado se deja observar este tipo de contenido a menores de edad pero no se puede hablar en las escuelas de una historia socio económica basada en estos principios y planteamientos (violencia y dinero).

Te voy a dejar la captura de pantalla de una de tantas formas en la que “el juego del calamar” se plante en un lugar y sitio especifico.



Y así situaciones documentadas, hechos reales, concretos, atrocidades y es solo un pequeño ejemplo del manejo de las economías mundiales, el trato que se recibe al exponer situaciones de desigualdad e injusticia.

Ahora que puedes vincular la realidad con una “serie de moda” deberíamos reflexionar de qué forma manejamos esta información, sobre todo con los menores de edad, los adultos tenemos la “capacidad” de analizar e investigar (que por todos los tik toks y memes que desde que se lanzó esta serie se han creado, por adultos) me deja un tanto preocupada por seguir confiando en que la mayoría somos responsables de solo seguir consumiendo sin cuestionar los contenidos.

Dejo dos canciones que me vinieron a la cabeza cuando vi la serie, probablemente, cuando veas la serie encuentres bastante vínculo con cada una de ellas.

Bob Dylan en su “Masters of War/Señores de la Guerra” decía en 1963:

Vengan señores de la guerra,
ustedes que fabrican todas las armas,
ustedes que fabrican mortíferos aviones,
ustedes que fabrican grandes bombas,
ustedes que se escondéis tras muros,
ustedes que se esconden tras escritorios,
sólo quiero que sepan
que veo a través de sus máscaras.

Ustedes que no han hecho nada
salvo construir para destruir,
ustedes juegan con mi mundo
como si fuera su pequeño juguete,
ustedes ponen un arma en mi mano
y se quitan de mi vista,
y giran y corren lo más lejos
cuando las balas vuelan rápidas.

Como el Judas de antaño
mienten y engañan,
una guerra mundial puede ser ganada
quieren que me crea,
pero veo a través de sus ojos
y veo a través de su cerebro
como veo a través del agua
que corre por mi desagüe

Ustedes ajustan todos los gatillos
para que otros disparen,
luego se apartan y esperan
cuando las listas de muertos aumentan,
ustedes se esconden en su mansión
mientras la sangre de los jóvenes
se escapa de sus cuerpos
y se hunde en el barro.

Ustedes han extendido el peor miedo
que jamás pueda ser gritado,
miedo a traer hijos
a este mundo,
por haber amenazado a mi hijo
nonato y sin nombre;
no valen la sangre
que corre por vuestras venas.

Cuánto sé yo
para hablar así a destiempo,
puede que digan que soy joven,
puede que digan que soy ignorante,
pero hay algo que sé,
aunque sea más joven que ustedes,
es que ni siquiera Jesús jamás
perdonará lo que hacen.

Permitirme hacerles una pregunta,
¿es tan bueno su dinero?
¿Comprará su perdón?
¿Creen que lo hará?
Me parece que descubrirán
cuando su muerte cobre su peaje,
que todo el dinero que hicieron
nunca podrá salvar su alma.

Y espero que mueran,
y que su muerte venga pronto,
seguiré su ataúd
en la pálida tarde,
y esperaré mientras son bajados
a su lecho de muerte,
y me quedaré sobre su tumba
hasta asegurarme que están muertos



Y si leemos a Chico Buarque con su “Construção/Costrucción” en 1971:

Amó aquella vez como si fuese última
Besó a su mujer como si fuese última
Y a cada hijo suyo cual si fuese el único
Y atravesó la calle con su paso tímido
Subió a la construcción como si fuese máquina
Alzó en el balcón cuatro paredes sólidas
Ladrillo con ladrillo en un diseño mágico
Sus ojos embotados de cemento y lágrimas

Sentóse a descansar como si fuese sábado
Comió su pan con queso cual si fuese un príncipe
Bebió y sollozó como si fuese un náufrago
Danzó y se rió como si oyese música
Y tropezó en el cielo con su paso alcohólico
Y flotó por el aire cual si fuese un pájaro
Y terminó en el suelo como un bulto fláccido
Y agonizó en el medio del paseo público
Murió a contramano entorpeciendo el tránsito

Amó aquella vez como si fuese el último
Besó a su mujer como si fuese única
Y a cada hijo suyo cual si fuese el pródigo
Y atravesó la calle con su paso alcohólico
Subió a la construcción como si fuese sólida
Alzó en el balcón cuatro paredes mágicas
Ladrillo con ladrillo en un diseño lógico
Sus ojos embotados de cemento y tránsito

Sentóse a descansar como si fuese un príncipe
Comió su pan con queso cual si fuese el máximo
Bebió y sollozó como si fuese máquina
Danzó y se rió como si fuese el próximo
Y tropezó en el cielo cual si oyese música
Y flotó por el aire cual si fuese sábado
Y terminó en el suelo como un bulto tímido
Agonizó en el medio del paseo náufrago

Murió a contramano entorpeciendo el público

Amó aquella vez como si fuese máquina
Besó a su mujer como si fuese lógico
Alzó en el balcón cuatro paredes flácidas
Sentóse a descansar como si fuese un pájaro
Y flotó en el aire cual si fuese un príncipe
Y terminó en el suelo como un bulto alcohólico
Murió a contromano entorpeciendo el sábado

Por eso pan de comer y el suelo para dormir,
registro para nacer, permiso para reír,
poder dejarme respirar, y por dejarme existir,

Diooos leee pageee,
por esa grapa de gracia que tenemos que beber,
por ese jugo desgracia que tenemos que toser,
por dos andamios de gente para subir y caer,
Diooos leee pageee,
por esa arpía que un día nos va anular y escupir,
y por las moscas y besos que nos vendrán a cubrir,
y por la capa postrera que al fin nos va a redimir,
Diooos leee paaageee.



Y para finalizar un extracto de Inti Illimani en Facebook Oficial, 2 de Octubre del 2021, “Video dedicado a Víctor Jara”, festival arte y memoria Chile 2021.

“Desde aquí era posible ver las graderías llenas, repletas de prisioneros.

Aquí en la gradería sur se encontraban los hombres, mientras que acá en la gradería norte, segregadas estaban las mujeres.

Y allá en ese rincón, en lo alto, alado del mural de Víctor estaban los prisioneros que según altos oficiales estaban condenados a muerte y serían ejecutados.

Desde las alturas eran vigilados por soldados que habían apostado ametralladoras, anti tanques y enormes focos que no dejaban de alumbrar a los prisioneros y prisioneras día y noche”. 

Canción “No puedes volver atrás”, Víctor Jara.

Referencias: Un mundo feliz, 1989, doctrina del shock, manual “Operación cóndor”, derechos humanos, ensayo sobre la ceguera.





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