Culto a los muertos en Teotihuacán

Culto a los muertos en Teotihuacán

 


Prácticas funerarias en Teotihuacan

Los ritos funerarios de un pueblo nos dicen mucho acerca de la cosmogonía, creencias religiosas, ideología, alimentación, costumbres, economía, status social, así como otros datos que nos ayudan a conocer su concepción de la vida, de la muerte y lo que hay después de la muerte.
La cantidad de entierros funerarios descubiertos hasta ahora en Teotihuacán es mínima en comparación con la cantidad de gente que vivió ahí, a lo largo de ocho siglos.  
La costumbre, en algunos barrios teotihuacanos, era enterrar a los muertos bajo el piso de las viviendas, sin importar el status social; pero se puede deducir, por los hallazgos encontrados, que había otro tipo de rituales funerarios como la incineración.
Las ceremonias fúnebres se realizaban en los espacios públicos, cuando se trataba a las esferas ligadas al poder; otras, en los templos de barrio, y en los pequeños altares que existían dentro de los conjuntos residenciales o habitacionales.
En Teotihuacán existen muy pocas alusiones a la muerte, siendo el mayor hallazgo el llamado Disco de la Muerte encontrado al pie de la Pirámide del sol.

Los entierros nos dicen las diferentes clases sociales de los individuos en vida.
Se han localizado seres humanos y animales sacrificados que acompañan al difunto en su viaje. También se han descubierto entierros, durante el apogeo de la ciudad, con objetos de lujo importados que denotan los vínculos comerciales con otras ciudades importantes, pertenecientes a las esferas altas que, al final del periodo teotihuacano, van decreciendo al igual que la ciudad.
El lugar de la inhumación. La costumbre generalizada de los teotihuacanos era de enterrarlos en fosas excavadas bajo el piso de sus casas. Los habitantes de los distintos barrios y conjuntos habitacionales eran enterrados según sus costumbres de origen y estatus social, así tenemos tumbas de tiro* ─estilo occidente─ niños en cajetes, así como entierros bajo estructuras circulares en el barrio de los comerciantes.
Preparación del cuerpo. En algunos casos los impregnaban con pigmentos rojo, negro y verde; también se amortajaban en petate o telas.
El ajuar de los difuntos. Las vestimentas de los entierros son de acuerdo con el status social de los individuos.
Ornamentos de los difuntos. Se han encontrado: ornamentos de piedra verde, collares de caracoles, orejeras y narigueras de concha, hueso o cerámica, según su estatus social.
Los personajes de la elite eran inhumados con ornamentos exóticos y valiosos como el jade y la concha. Ornamentos militares como el Tezcacuitlapilli** o disco, llevado a la cintura.
La posición del individuo en el entierro era en decúbito, flexionado o en flor de loto. Estos entierros, también estaban orientados hacia los rumbos cardinales y predominantemente con el cráneo hacia el oeste.
Posiblemente, durante las exequias se utilizaban elementos aromáticos como el copal, hule; también se han encontrado restos de plantas alucinógenas colocadas en algunos entierros.
Ritos funerarios. Se tienen evidencias de cuerpos expuestos al fuego y a distintas temperaturas de cremación.
También se han encontrado algunos cuerpos, en los barrios teotihuacanos de Tetitla y Tzacuala, con una concha en la boca, y otros con cuentas de piedra verde; según Laurette Sejourne la cuenta representaría el corazón y su pago al inframundo, según Sahagún***.
Las ofrendas: colocadas mayormente cerca de los pies determinan el estatus social. Se han encontrado vasijas de cerámica como: ollas Tláloc o vasos con estuco pintado que habrían contenido agua, pulque o sangre, como los encontrados en el barrio La Ventilla; así, también platos, cajetes y ollas con frijol, amaranto, maíz, calabazas, tomate, chía, etc., encontrados en otros sitios.
En estas ofendas se han encontrado las herramientas que usaba el individuo en vida. No se han encontrado en las tumbas de ninguno de los restos de los gobernantes.

*Teotihuacan estaba conformado por barrios distribuidos por oficios y de una misma región geográfica, normalmente. De esta forma se encontraban barrios zapotecos, tarascos, huastecos, etc.

** El Tezcacuitlapilli es un disco atado a la cintura. Este tipo de distintivo ha sido encontrado en Teotihuacán, barrio de la Ventilla; con los Toltecas en Tula, Hidalgo; con los Itzaes de Chichen Itzá y con los mexicas de Tenochtitlan.

*** Al llegar al Teocoyolehualoyan, que se encuentra en el nivel seis, de los nueve niveles que tiene el Mictlán, el difunto se encontraba con un tigre que le comía el corazón; así que le colocaban una concha o cuentas de piedra verde -jade- para engañar al tigre que salía y le comía el corazón.

Fuentes: Fray Bernardino de Sahagún, Ángel María Garibay, Miguel León Portilla, Laurette Sejourne, Linda Rosa Manzanilla,
Julie Gazzola
, Cecilio A. Robelo. Alfonzo Caso.

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