En la novela Tiempos recios (Editorial Alfaguara 2019), Mario Vargas Llosa toma esta frase de Santa Teresa de Jesús y lo aplica al título. Esta obra literaria, especie de ensayo político, es una novela histórica y tiene una tesis: La CIA y la United Fruit Company, en la época de la guerra fría, presentan en los medios de comunicación más importantes de la época al presidente electo en Guatemala Jacobo Árbenz falsamente como comunista —como si ser comunista fuera un delito capital— para quitarlo de la presidencia. Jacobo Árbenz no era comunista, la novela va a demostrarlo, como demuestra el terrible poder de la propaganda —relaciones públicas según Edward Bernays—. Estas fake news o bulos, como se les llama ahora, o noticias falsas fueron clave para justificar la intervención militar norteamericana en Guatemala, haciendo que la prensa y la opinión pública vieran el golpe militar como una acción necesaria para detener el avance del comunismo en Guatemala, Centroamérica y el continente americano. La novela reivindica la figura de Jacobo Árbenz.
353 páginas divididas estructuralmente en tres partes: un “Antes”, que funciona como prólogo, donde nos presenta a los iniciadores de la trama (Edward L. Bernays y Sam Zemurray), una sección de 32 capítulos centrales y numerados, donde se desarrollan los acontecimientos de la conspiración, y un “Después” a manera de desenlace y complemento; en una estructura que entrelaza eventos de ficción e históricos y tramas que se cruzan y separan, como de efecto cinematográfico donde cambia constantemente el foco de atención. La novela no nos presenta un héroe, sino el destino trágico del presidente electo de Guatemala Jacobo Árbenz, así como la venganza de Leónidas Trujillo sobre Carlos Castillo Armas: primero, por no haberlo invitado, como habían acordado antes, de manera especial y condecorarlo con el máximo galardón de la Orden del Quetzal, galardón que antes ya había sido entregado a Somoza y que Trujillo envidiaba; en segundo lugar, por hablar mal de Trujillo y su familia y burlarse de ellos en reuniones privadas. En la trama hay personajes inventados sobre modelos históricos que hacen conjuras, que conspiran contra el gobierno democrático de Guatemala en los años 50, como Marta Borrero Parra inspirado en Gloria Bolaños Pons y otros. También hay algunos personajes reales: el embajador de USA en Guatemala John Peurifoy; Johnny Habes enviado por Trujillo y el coronel Enrique Trinidad Oliva, entre otros.
Juan José Arévalo, antecesor de Jacobo Árbenz, inició una serie de reformas e inició obras públicas para la mejora de Guatemala: darles una porción de tierra a los campesinos para que mejorara su nivel de vida, escuelas para fomentar la educación en un país sumamente analfabeta; el derecho de huelga de los trabajadores, y aspirar a un país democrático similar a los Estados Unidos donde las empresas pagan impuestos y se desarrollan junto a los pobladores, eran el sueño de Arévalo. Jacobo Árbenz continuó estas reformas y agregó cobrar un ligero impuesto a la United Fruit Company, sumado a las ligeras reformas y proyectos muy alejados del comunismo, bastó para confabular y realizar un golpe de estado que afectó y retrasó a toda la región. El motivo real fue que no cundiera el mal ejemplo entre los países centroamericanos, así como el resto del continente americano.
Explora varios temas como el poder, la manipulación de la opinión pública, antes de la revolución cibernética, la Guerra Fría, la influencia y el poder de intereses económicos (como la United Fruit Company) y políticos en América Latina, la invención y propagación de motivos irreales para eliminar del poder a quien intente democratizar un país — tildándolos de comunistas, terroristas, narcotraficantes, etc. —, para controlar y mantener su poder, así como apoderarse de sus recursos naturales. Una intriga interesante, compuesta por crímenes, espionaje, conspiraciones, asesinatos, sobornos, tráfico de drogas, lucha por el poder, conjura internacional.
Esta novela es una reflexión presente sobre temas añejos, recordemos que en La Ilíada el motivo era el honor del marido burlado, pero la causa real era la conquista de recursos naturales, materiales y técnicos: una guerra de expansión y control territorial. Nos recuerda que solo hay guerras de conquista y guerras de liberación. Una novela recomendable para analizar y comparar con los hechos que vivimos en la actualidad en nuestro país.
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