Verbatim Lutz, también conocida como #sinkuerda, es una comiconauta bloghólica millenniática de toalla blanca, nacida de la relación ilícita y bastarda de una Araña Marciana y del Demiurgo, una noche estrellada en la que fue a la tienda a comprar cigarrillos.
Atraída a la Tierra a finales de los ochentas gracias a las reminiscencias de la música punk y de la anomia; se sabe que desde muy corta edad mostró su desprecio por el Sistema, el Status Quo, las películas de Disney y la sopa de lentejas, solo por el placer de llevar la contra.
Viajera interestelar y de carretera, ha representado el papel de humana, mayormente, en el norte de la República, en donde aprendió a que las quesadillas llevan queso, la cruda se cura con cócteles de almeja y la importancia de decir palabras no domingueras en la oratoria para fingir una alta intelectualidad.
Escritora sin bolsillos, pues siempre olvida anotar sus pensamientos; entre sus quehaceres filo-filosóficos, ha fingido trabajar como profesora oficial y no oficialmente en distintas instituciones y cubículos felinos, como una forma de luchar en contra del Fantasma Lacaniano y la fijación oral.
Música-obsesiva de nacimiento, le gusta ponerle soundtrack a su propia vida, imaginándose en un gran escenario donde ella es la estrella. El narcisismo y la megalomanía, por supuesto, no están descartados; pues también se sabe que tiene fuertes tendencias psycho-páticas y socioempáticas; por no decir una manía obsesivo-compulsiva contra las rayitas del yogurt congelado.
Amante de los animalitos, especialmente de aquellos que caminan en dos patas y se creen racionales; en ocasiones también asume el papel de buena persona, pero sin exagerar. Considera que el amor es un cóctel de endorfinas y semántica, con un toque de humor ácido, no obligatoriamente lisérgico y en dúo.
Entre sus curiosidades, se encuentra el hecho de ser una romaniaca noctámbula de carrera; pues se ha comprobado que para masturbarse, enciende velas con el nombre de Satán.
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