I. Somos los hijos de una generación guerrera
¿Qué hago afuera del Edén?
¿Quién armó este inmenso palomar?
¿Quién al hacerlo olvidó
que somos cuervos sin hogar?
¿O acaso le dejamos ciego?
-Real de 14 / Tiempos oscuros
En la década de los 80, México vivió una de las crisis económicas más fuertes de las que se tenga memoria, los jóvenes ochenteros eran hijos de la generación que protestó por la Guerra de Vietnam, la generación del 68, del 71, de la sin razón de la Guerra Fría, pero también del despertar de las conciencias. Estos jóvenes ochenteros, no tardaron en mostrar su sensibilidad, sentido de clase y solidaridad, cuando en 1985, un terremoto colapsaría a la ciudad más grande del mundo. En esa ocasión, no fue el gobierno quien reaccionaria con un plan bien diseñado y sin escatimar recursos, para salvaguardar a las víctimas, no, fueron los jóvenes suburbanos, quienes de manera espontánea, se encontraron, literalmente, en el lugar de la catástrofe, para sacar los cuerpos y mover los escombros, dando un lección de sensibilidad y solidaridad, y al mismo tiempo demostrando que sólo el pueblo salva al pueblo.
El rock se había apropiado como medio de expresión y protesta, llegaban a Tijuana, Guadalajara y D.F., los primeros brotes del Punk, movimiento que en nuestro país sería abrazado por los jóvenes más marginados, aquellos que vivían en la periferia de las grandes ciudades; en casas de cartón y calles de lodo, como en el también naciente Ciudad Nezahualcoyotl, jóvenes que en algunos casos, con escasa preparación académica -porque, o trabajaban para comer o iban a la escuela-, lograron crear colectivos autogestivos, como el Colectivo Caótico.
En síntesis, emergía desde la miseria una nueva contracultura auténtica, en tanto que se originaba no por un modismo o pose de estética banal, sino por la necesidad de hacerse escuchar, de decir: Aquí estamos, somos los olvidados y vinimos a hacernos escuchar y escribir nuestra historia. Con lo anterior, se consolidaban diversos movimientos que tendrían influencia, sobre todo, en jóvenes rebeldes y en constante búsqueda, pero que también necesitaban un espacio para salir un momento de la voraz explotación capitalista, pues, la mayoría de ellos eran obreros que, por la misma razón, usaban pantalones de mezclilla y botas mineras, he ahí una de las diferencias de lo auténtico y lo creado. Su estética obedecía a su condición de clase, proyectaba de facto, que eran el motor de las fábricas y que, por la misma razón, estaban encabronados contra el sistema. Así, encontraron en el rock una forma de expresión y protesta, un estilo de vida, una válvula de escape a las largas jornadas de explotación y a los problemas que se generaban en muchas de sus familias, en ocasiones disfuncionales. Nacía con ello, el rock urbano, el punk nacional, el rock rupestre, y la necesidad de consolidar espacios propios.
II. Qué tranza con el rock mexicano
Ya chole, chango, chilango
que chafa chamba te chutas
no checa andar de tacuche
y chale con la charola.
-Jaime López / Chilanga banda
Las sociedades han tenido a lo largo de la historia, un status quo que representa lo normal y moralmente aceptado. Un prototipo de ciudadanos modelo que no puede ni debe salirse de esos cánones, porque, según los teóricos -sociólogos como Emile Durkeim, Talcot Parsos, Robert Mertón, entre otros-, el salirse de ello, generaría un desequilibrio en la estructura y movilidad de la sociedad, por lo que a su ver, cada forma de organización y posición de sus miembros, es necesaria y justificada. Sin embargo, debemos entender que lo único que ha marcado movilidad en la historia, son los conflictos, es decir, las contradicciones sociales que, en su afán de cambio, nadan a contracorriente de lo establecido. Así, el blues nació como lamento de los afroamericanos en respuesta al esclavismo. Ese blues, sería el padre del rock, por lo que de facto, éste genero musical rompió con lo establecido, poniendo en jaque a la sociedad bonita, desde sus inicios. Quienes lo abrazaron, fueron jóvenes que, por su misma naturaleza sensible, vieron la posibilidad de una vía de cambio, a través de la música. Por eso, en los años 60, el rock iba de la mano del movimiento hippie, movimiento que no logró trascender, gracias a los excesos de droga y alcohol promovido desde las cúpulas de poder. Para la década de los 80, ya habían cambiado los subgéneros del rock, entre ellos, había nacido el punk en Inglaterra, pero al llegar a México, fue apropiado por la suburbanda más marginada, tan es así, que el lema era: <<Si los hippies fueron la generación del amor, los punks somos la generación del horror>>. A la par, nacían otras manifestaciones contraculturales juveniles, mismas que buscaban generar una identidad para el llamado “Rock Nacional”, identidad que no es para nada lo que grandes empresas como EMI, presentaron posteriormente y estéticamente plastificado -para quienes ven en el llamado “Rock Mexicano de los años 80 y 90, la auténtica manifestación del rock mexicano, les comento que han vivido engañados (Amantes de Lola, Fobia, Víctimas del Dr. Cerebro…)-. Grupos como El Ritual, La Tinta Blanca, Los Dugs Dugs, Love Armi, Toncho Pilatos, Javier Batis, Mara, Paco el Gruexo, Jaime López, Rockdrigo González, Rebelde Punk, Especimen, Síndrome, Solución Mortal, Arturo Meza, entre otros, fueron quienes buscaron en realidad, hacer un rock netamente mexicano, y quienes le abrieron las puertas al llamado rock urbano, que tuvo una impacto más fuerte durante los 90.
III. Y que nace el Chopo
Miles de gentes que van y vienen
punketas, rockeros, metaleros,
intelectuales y hasta bluseros.
-Liran ´Roll / El Chopo
En 1980, un grupo de jóvenes tiene la idea de hacer un espacio de intercambio de material dificil de conseguir, como casetes, vinilos, libros… que a su vez diferenciara la “alta cultura”, de la “baja cultura”. Esta idea se materializó el mes de octubre del mismo año, en las inmediaciones del Museo Universitario del Chopo, gracias, entre otros, al gestor cultural Jorge Pantoja. Por cuestiones ultrademadrosas, fueron desalojados del Museo, y el ya tianguis, tuvo que migrar a la calle, volviéndose durante un tiempo, un tianguis itinerante, ya fuera por la queja de los vecinos o por la intolerancia de las autoridades. Así estuvo 15 años, de allá pá acá, y de acá pa allá, como dijera el ET, de Colectivo Caótico, como nómadas urbanos.
Para la década de los 90, el Tianguis cultural de Chopo, ya funcionaba en las cercanías al Metro Buenavista. Fue ahí, donde su labor cultural tuvo mayor presencia y resonancia, albergando a las distintas manifestaciones juveniles y contraculturales, desde darketos, punk´s, rockers, escatos, hasta cholos y malafachas. Radio chopo abría cada sábado un espacio para que las bandas emergentes y consagradas pudieran mostrar su trabajo, consolidándose así, como un espacio alternativo de libre expresión, contracultural, en el que el aparente caos, tiene un orden, organización y objetivos concretos y en el que se sigue promoviendo material alternativo y undreground, de músicos, pintores, escritores, teatreros.. en sí todo género artístico independiente, que, por la mimsa razón, no tendría cabida en otros foros.
Podemos afirmar que el Tianguis cultural del Chopo ha sido como un oasis en una ciudad absorbida por el caos del trabajo, la vida acelerada, el agandalle, las tranzas y parafraseando a Lora, el smog. En él, han confluido y confluyen generaciones de jóvenes -porque la edad no determina si se es o no joven-, que han resistido a la cultura establecida, mostrando un grado de autonomía y autogestión sin igual. Aun a pesar de que el tianguis mutó; de ser un espacio para trueque e intercambio de material difícil de conseguir, a un tianguis semi mercantil, sin dejar sus orígenes de truequeo, se ha logrado mantener en el tiempo y espacio, también como un medio de autoempleo digno y necesario, que a la vez que promueve distintas manifestaciones contraculturales y subculturales, incentiva un comercio local que le escupe la cara a las grandes empresas trasnacionales chupa divisas.
En 2022, el Tianguis cumplirá 42 años, 42 años resistiendo de manera libre y autónoma, 42 años creando un mundo donde quepan muchos mundos.
IV. Xibalbá en Cancún
Y sí te acercas al agua verás
una barca venir
viene gritando tu nombre y así
el juego llega a su fin.
-Luzbel/La gran ciudad
La necesidad de resistencia y creación de espacios alternos, ha sido una constante a lo largo de la historia y de los pueblos. Hay que recordar que algunas veces, estos espacios tienen referentes de otros que han tenido éxito. Así, en la década de los 90, un grupo de jóvenes intentamos desarrollar un tianguis de intercambio y que a la vez sirviera como espacio de difusión cultural que emulara al Tianguis Cultural del Chopo. A veces en conjunto, otras más de manera aislada, colectivos como “La Neta No Igual y Sí”, y “El Rincón Rupestre”, realizamos varios intentos, en parques, locales sindicales… La respuesta siempre fue buena, partiendo de que nuestra ciudad era emergente y aún no se consolidaba una contracultura como tal. Sin embargo, por causas que no presentaré en este trabajo, porque no es el fin del mismo, no pudo mantenerse el proyecto de manera activa.
Los encuentros de entre los adjetivados “distintos”, son como un catalizador para el impulso de proyectos conjuntos, en los que cada grupo y al margen del respeto, presente su pensamiento, ideología, expresión artistico cultural o le que se le venga en gana. Lo anterior, se ha vuelto una necesidad cuando se habla de contracultura, es por ello, que esta inercia generó nuevamente y en este tiempo, la necesidad de impulsar nuevamente un tianguis cultural de libre expresión, en el que confluyan las distintas subculturas y contraculturas, teniendo como fin, la consolidación de un espacio único y constante para nuestra ciudad, que ha 40 años de distancia, ya es más madura y con una diversidad sociocultural más prolífica.
Es así, que el próximo 28 de agosto, de 15:00 a 21:00 hrs, nuestra cuidad -Cancún-, le da la bienvenida a un nuevo proyecto impulsado y promovido por jóvenes que buscan a partir de nuevas formas de expresión, un espacio que les pertenezca, promoviendo la inclusión y el respeto, al mismo tiempo que incentivan la economía loca. En dicho espacio, tendremos la exposición de artistas y artesanos locales: música, literatura, artesanías, performans… Hablamos del Tianguis Cultural Xibalbá, mismo que tendrá lugar en el Foro Naát, de nuestra ciudad, y que ha nacido como una necesidad de encuentro, porque es innegable que en todo caos citadino, siempre hay un orden que sirve como aliento. ¡Bienvenido este nuevo esfuerzo!
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