¿Qué es el pensamiento crítico y por qué es fructífero?


Parte de la duda y está regido por la lógica: el pensamiento crítico. Este tipo de pensamiento no acepta a la primera ninguna afirmación, más bien cuestiona las afirmaciones, puesto que duda todo el tiempo de cualquiera de ellas, así que se trata de un proceso dirigido a acercarse a la razón verídica.

Quien cuenta con pensamiento crítico cuenta con la capacidad de reflexionar de manera racional y de pensar y observar sin prejuicios, ya que la duda no es un prejuicio sino algo contrario, pues se acerca más a oportunidad, como bien conocemos la frase popular de “dar el beneficio de la duda”.

Pensar críticamente es alejarse de la falacia de autoridad, pues quien piensa de esta manera no asume nada como verdad absoluta ni confía fácilmente, aunque se trate de fuentes aparentemente inexpugnables. Es natural entonces que al pensamiento crítico se le vincule con el escepticismo, sin embargo, cabe puntualizar que pensar críticamente es pensar activamente, estableciendo de hecho una búsqueda.

En la actualidad cuán importante se ha vuelto el pensamiento crítico, ya que el engaño, la mentira, la manipulación, están presentes de muchas formas por doquier. En la era de la posverdad, de las fake news, de la conspiranoia, de la infoxicación y del analfabetismo funcional, cuando la mayoría opina, asegura, y defienden sus convicciones sin siquiera contar con argumentos sólidos, y surgen movimientos sociales a los cuales se unen muchos sencillamente por “motivos evidentes”, como creyendo usar una lógica, que en realidad es inercia y dejarse llevar.  


¿Cómo tener pensamiento crítico?


De manera práctica se puede tener pensamiento crítico. No basta con dudar y criticar, hacer eso consiste en ser un ignorante más que no aporta sino más ruido. Al pensamiento crítico, en cambio, también podríamos considerarlo como un generador de conocimiento, pues no duda pasivamente y se estanca en el reclamo, sino que busca, comprueba, descarta, y continúa permanentemente en actividad. 

Así que para tener pensamiento crítico y no confundirlo ingenuamente con criticar al más mínimo indicio de duda, se debe tener bien claro que la duda no debe actuar en forma de prejuicio instantáneo, sino que, muy contrariamente, la duda debe ser un estímulo para buscar la razón. 

Buscamos la razón cuando no nos conformamos con lo que otros dicen, aunque sean considerados expertos en algún tema, el estar inconforme nos ayuda a averiguar si no existe error, y a comprobar si existe acierto. 

En cuestiones cotidianas, conducirse con pensamiento crítico es dudar de las noticias (hasta de los medios más “confiables”), los rumores, las afirmaciones de que un negocio te hará rico, las aseguraciones de partidarios de alguna ideología política o religiosa, los movimientos sociales que parecen llevar “por lógica” y “evidentemente” la razón, y de todo cuanto aparezca como cierto ante ti, y, después de dudar: investigar. 

Sabemos que investigar nos lleva naturalmente a encontrar respuestas, quizás algunas que ni siquiera estábamos buscando, así es como el pensamiento crítico genera conocimiento, y a veces, incluso, logra concretarlo para compartirlo y no solo quedarse en el individuo indagador, es por eso que este pensamiento independiente suele ser en múltiples aspectos fructífero. 

Por ejemplo en este momento bien podrías estar dudando de este artículo y contemplar la idea de que esté muy limitado en información, tal vez tu pensamiento crítico sin prejuicios considere que se trata de una publicación deliberadamente generalizada con el fin de aportar una noción elemental, pero incluso en este sentido no te bastará si te conduces con tan independiente y activo pensamiento. 

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